Actualmente, la Telemedicina ya es una realidad en la vida de los profesionales de la salud y se pueden disfrutar beneficios visibles tanto por médicos como por pacientes. Sin embargo, hay cuestiones legales y éticas involucradas que son susceptibles de diferentes visiones entre la clase y incluso la población que usufructa de los servicios de salud.

El tema ha sido debatido extensamente en los últimos años, y de hecho, divide opiniones. Según una investigación realizada por la Asociación Paulista de Medicina (APM), el 85% de los profesionales de la salud aprueban el uso de WhatsApp y otras aplicaciones de mensajería instantánea para la relación con los pacientes. Sin embargo, la misma investigación revela que cuando el tema son las consultas a distancia, el porcentaje de médicos favorables cae al 42%.

Legislación para la Telemedicina

En medio de este debate, en abril de 2017, el Consejo Federal de Medicina (CFM) inició una trayectoria de dictámenes y resoluciones con el objetivo de regular la Telemedicina, divulgando inicialmente un dictamen (CFM nº 14/2017) a favor del uso de WhatsApp en el área médica, salvo algunas salvedades como muestra el fragmento a continuación extraído del propio documento:

“Se permite el uso de WhatsApp y plataformas similares para la comunicación entre médicos y sus pacientes, así como entre médicos y médicos, en carácter privado, para enviar datos o resolver dudas, así como en grupos cerrados de especialistas o del cuerpo clínico de una institución o cátedra, con la salvedad de que toda la información transmitida tiene absoluto carácter confidencial y no puede exceder los límites del propio grupo, ni tampoco puede circular en grupos recreativos, incluso si están compuestos solo por médicos, enfatizando la prohibición explícita de reemplazar las consultas presenciales y aquellas para complementación diagnóstica o evolutiva a criterio del médico por cualquiera de las plataformas existentes o que puedan existir”

Una resolución (CFM nº 2.227/2018) fue entonces regulada y después reformulada a finales de 2018, definiendo y disciplinando la telemedicina como una forma de prestación de servicios médicos mediados por tecnologías.

Debido a manifestaciones de médicos brasileños y entidades representativas de la clase, la resolución fue derogadas en 2019.

Ya en 2020, tras el inicio de la pandemia, el mismo Consejo, el 19 de marzo, a través de un oficio enviado al Ministerio de Salud, autorizó en carácter excepcional el uso de la telemedicina hasta el final de la diseminación de la enfermedad.

Servicios como Zapper Duo facilitan el uso de la Telemedicina por los profesionales de la salud.

La Telemedicina en la Pandemia

Lo que era una facilidad ahora se ha transformado en necesidad.  Tratándose de un momento delicado en que las visitas innecesarias a la sala de emergencias pueden acarrear un mayor contagio del nuevo coronavirus (Sars-CoV-2) y sobrecarga del sistema de salud, WhatsApp y otras aplicaciones de mensajería aparecen como un gran aliado en la lucha contra el colapso de los hospitales, permitiendo que una primera triage y orientaciones a pacientes se haga a distancia.

En tiempos de crisis, cuando la solidaridad se vuelve aún más esencial, surgen acciones que ofrecen consultas en línea para garantizar aún más el aislamiento social, como es el caso de la plataforma Misión Covid, que ofrece a cualquier persona que presente síntomas de la infección por COVID19 un atención gratuita a través de telemedicina por un médico voluntario.

Levantados los hechos, se puede imaginar que la Pandemia también será un divisor de aguas en la cuestión de encaminamientos sobre la Telemedicina y todo lo que implica su regulación.

La necesidad en carácter emergencial del uso de esta alternativa, traerá seguramente un cambio de cultura y de hábitos de los profesionales de la salud y sus clientes, pudiendo convertirse en un camino sin retorno.

Así como en cualquier área, si se utiliza de forma correcta y respetando normas y directrices, la tecnología solo tiene que aportar beneficios y a la optimización del servicio.

Por lo tanto, una frase que mejor puede resumir esta tendencia sería: “La tecnología no va a reemplazar al médico, solo reemplazará al médico que no usa la tecnología.”

REFERENCIAS:

CONSEJO FEDERAL DE MEDICINA (CFM). Dictamen CFM nº 14/2017

CONSEJO FEDERAL DE MEDICINA (CFM). Resolución CFM nº 2.227/2018

CONSEJO FEDERAL DE MEDICINA (CFM). Derogación de la Resolución CFM nº 2.227/2018

CONSEJO FEDERAL DE MEDICINA (CFM). Oficio CFM nº 1756/2020 – COJUR